sábado, 5 de diciembre de 2015

LA RELACIÓN MÚSICA-ARQUITECTURA. EL CASO DE LA MÚSICA ELECTROACÚSTICA DE ANTONIO ESTÉVEZ



Selección de de imágenes del "Mundo Virtual de Antonio Estévez" tesis de Maestría presentada por Daniel Atilano para la Maestría en Musicología Latinoamericana, UCV, 2003. Colocada en Youtube por Arq. Jorge Labrador, diciembre 2015.


LA RELACIÓN MÚSICA-ARQUITECTURA. EL CASO DE LA MÚSICA ELECTROACÚSTICA DE ANTONIO ESTÉVEZ


RESUMEN


Desde la antigüedad, la música, como teoría de la música, ha coincidido con la arquitectura en los aspectos que rigen la forma arquitectónica basada en la teoría de las proporciones musicales. Ha sido la matemática, con la antigua doctrina griega de la armonía y el basamento teórico de la proporción, la que ha abordado la relación entre el número y el sonido, dando origen a un concepto medieval de música especulativa la cual trataba a la teoría de la música como una disciplina de especulación sobre proporciones y medidas. Esta teoría se derrumba a mediados del siglo XVIII y es replanteada en términos de la percepción individual desde entonces. En el siglo XX la relación entre la música es trazada a partir de la experiencia de la arquitectura y los nuevos modos de composición e interpretación musical que fueron acentuados con el advenimiento de los recursos electroacústicos.


En Venezuela, fue Antonio Estévez (1916-1988), uno de los máximos exponentes del Nacionalismo Musical en Venezuela, uno de los primeros músicos en trabajar la relación entre la música y la arquitectura a través de su producción electroacústica. La evaluación de su creación electroacústica fue opacada por el esplendor de su obra nacionalista. Nos referimos al período que abarca desde1961 hasta su muerte en 1988 y que hasta la fecha está en la total penumbra. El trabajo pretende precisamente atender esa gran laguna en la vida creativa de Antonio Estévez, a través de la recopilación, restauración, contextualización y estudio de su producción electroacústica. Además de ello, habría que acotar un aspecto fundamental referido a esta etapa de Antonio Estévez: lejos de ser música pura, su producción electroacústica estuvo estrechamente ligada a un proyecto de integración de las artes, en particular a las artes plásticas y a la arquitectura. Por esta razón se hizo indispensable servirse de un formato multimedia (CD-ROM), el cual pudiera restituir la música, la arquitectura y la plástica de manera simultánea. 


El trabajo fue desarrollado en dos etapas. La primera consistió en una investigación documental de la vida y obra de Antonio Estévez, además de una revisión de algunos ejemplos donde la relación interdisciplinaria entre la música y la arquitectura aparece en Venezuela. La segunda etapa consistió en desarrollar la información documental de la primera etapa, en un sistema de información digitalizada para producir un disco compacto (CD ROM). 


La obra electroacústica recopilada, restaurada, contextualizada y estudiada que se incluye en este trabajo, demuestra que Antonio Estévez produjo música en cintas magnetofónicas, un soporte no habitual para él, y quizás, debido a esto, estas piezas nunca fueron difundidas o entendidas en su justa medida, creando así la idea de un injustificado silencio en su producción musical.

Descriptores: Antonio Estévez, Nacionalismo Musical en Venezuela, Electroacústica, electrónica, relación, interdisciplinaria, música – arquitectura.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Reflexiones

Dres. Hugo Quintana y Daniel Atilano. 


Reflexiones Compartidas


El siguiente texto expresa las reflexiones compartidas en el  Discurso de MSc. Daniel Atilano, Graduando del Doctorado en Arquitectura, en representación de los graduandos de los distintos programas de postgrado que se dictan en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. 29 de Octubre de 2015.

Saludos a las autoridades, coordinadores, tutores, profesores, compañeros, familiares y amigos.
Gracias a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y a la Universidad Central de Venezuela, por darme la oportunidad  de representar a los graduandos y dirigir estas palabras a tan honorable  audiencia.
Quiero igualmente,  expresar mi  profundo agradecimiento a esta Universidad que me ha formado desde muy joven y a la que le debo las más gratas experiencias,  amistades y familia.
La cotidianidad  se define como “característica de lo que es normal porque pasa todos los días” esta cualidad en Venezuela se ha convertido en incertidumbre. En ese sentido, estudiar y enseñar en Venezuela es una aventura. Más aún, en Caracas esta experiencia puede llegar a ser una aventura extrema.
En estos tiempos actuales,  el acto de estudiar, enseñar e investigar se reviste de cierto grado de heroicidad. Me refiero a las personas que se distinguieron por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requirieron de mucho valor.  Muchos estudiantes y profesores han mostrado esa particularidad.
Otras características que se necesitan para el estudio, la enseñanza y la investigación, son entereza, convicción y paciencia. Sin embargo, estudiar en nuestro entorno actual pone a prueba estas virtudes. Corremos el riesgo de pasar abruptamente de un acto sublime a uno caricaturesco. Me explico, una reflexión en la filosofía de Kant puede ser interrumpida con una llamada urgente anunciando la llegada de cualquier artículo de primera necesidad que llegó al abasto. Reflexionar sobre Kant contra la falta de jabón en tu casa bien puede ser un dilema y llevarte a una desconexión automática del pensamiento profundo. Desarrollar una investigación solicita del investigador mucha atención y concentración. En estos tiempos de crisis o de revés, como quisiera llamarlo, estas virtudes se ponen a prueba. Así,  la incertidumbre es nuestra cotidianidad.
Quisiera recordar en este instante un editorial de un programa matutino de radio que refería sobre el currículo de un chofer, muy divulgado y comentado a través de las redes sociales y reuniones vinculadas a nuestro oficio. Un profesor universitario de esta casa de estudios, dada la incertidumbre económica que está viviendo, lo llevó a prestar un servicio de chofer a un reconocido periodista y locutor. El profesor le obsequió un libro al periodista, luego de hojearlo  éste leyó el impresionante currículo del autor del cual refirió “es para estar legítimamente orgulloso”.  Lamentó, posteriormente, que estuviera ejerciendo de chofer pudiendo dedicarse dignamente a su profesión si las circunstancias fueran otras. Mi sorpresa fue descubrir que protagonista del editorial era mi tutor de tesis doctoral: Hugo Quintana
En aquel momento vino a mi mente el texto de una canción infantil de María Elena Walsh que años atrás solía enseñaba a  niños de primaria,  El mundo del revés, el verso era:
Me dijeron que en el Reino del Revés
Nadie baila con los pies,
Que un ladrón es vigilante y otro es juez
Y que dos y dos son tres.

Entendí luego,  que lo que el profesor  Quintana sostenía era una legítima, honorable y heroica protesta. El contrato de los profesores de dedicación exclusiva su contrato no les permite tener otro trabajo a menos que renuncien a su cargo. Luego de 18 años de excelente labor docente e investigativa, sería una debilidad echar por la borda tantos años por una circunstancia económica. Por lo tanto, en su tiempo libre, con su carro hacia “carreras” para que su sueldo le cubra la quincena. Y así, no renuncia a lo que tanto desea y ama hacer: estudiar, enseñar e investigar.
Toda esta incertidumbre puede fácilmente llamarnos al desanimo y al desaliento. No nos confundamos, llama a los espíritus fuertes a vencer las adversidades o como dice nuestro himno universitario “a vencer las sombras”.
La Universidad Central de Venezuela tiene 294 años de fundada, es la más antigua del país y posee la más alta matricula estudiantil de todo el país. Está presente en las familias venezolanas como el camino de la superación y formación de  nuestros jóvenes. Por tal razón, muchos gobiernos han pretendido someterla y manipularla, algunos la han intervenido y cerrado por algún tiempo.
Aunque en estos tiempos ha sido duramente golpeada y a pesar que algunos espíritus débiles  que han salido de sus aulas y han tratado de doblegarla, es ingenuo creer que se puede vencer y someter. Hay mucha esperanza,  juventud, historia y valores dignos que la sostienen y no ha sido la primera vez que nuestra honorable universidad pasa por esta  vivencia.
Los que estamos aquí hoy recibiendo este reconocimiento, estamos demostrando que a pesar de la adversidad este logro y esfuerzo brilla con luz propia y se proyecta hacia el futuro con esperanza.
Este tiempo de incertidumbre cotidiana pasará a ser solo un lejano y vago recuerdo.
Estoy seguro que a nuestro país  llegarán nuevos tiempos donde el sosiego, la serenidad y  la paz sea nuestra cotidianidad y que permita a estudiantes y profesores estudiar, enseñar e investigar con dignidad en un ambiente de seguridad, división respetuosa y convivencia que acepta la diversidad. Virtudes que siempre han caracterizado a nuestra Universidad Central de Venezuela.

Muchas gracias.



jueves, 22 de octubre de 2015

La ventana


"La ventana" fue un documento audiovisual presentado en el trabajo final de grado, titulado "La arquitectura residencial caraqueña: aproximación a la comprensión de la relación interior exterior en edificaciones residenciales multifamiliares". En la Maestría en Diseño Arquitectónico, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela por la Arq. María Elena Hernández. Septiembre, 2012.
El documento fue realizado con dibujos de la Arq. María Elena Hernández, música de Daniel Atilano. Ejecución a cargo de la pianista Marianela Arocha. 

Propuesta: Paseo Perimetral. Cumaná Edo. Sucre


La propuesta de diseño para el "Paseo Perimetral", en la Av. Perimetral en Cumaná, Edo. Sucre fue realizada por la Arq. Maria Elena Hernández, Arq. Jorge Labrador y Arq. Daniel Atilano en abril, 2005.
Esta fue una presentación musicalizada del proyecto.

domingo, 24 de mayo de 2015

Comentario sobre Trópicos* de Alfredo del Mónaco.

Daniel Atilano.
Publicado en la Revista Musical de Venezuela Nº 41, enero-junio, 2000







*Trópicos fue realizada en el Centro de Música Electrónica de las Universidades de Columbia y Princeton, con materiales recogido por el compositor en las calles y ciudades de Venezuela  en 1972. La pieza se encuentra en el disco compacto UN MUNDO DENTRO DE UN MUNDO. Bajo el signo de lo postmoderno. Juventudes Musicales de Venezuela. CONAC

Al analizar la obra “TROPICOS” de Alfredo del Mónaco partimos de una visión arquitectónica más que musical. Cuando escuchamos la pieza por primera vez  nos atrae el sonido del venezolano en distintas instancias o momentos cotidianos. Esto se traduce entonces en imágenes sonoras con un recorrido  particular. Se percibe la ciudad de la misma forma en que percibimos a un museo o  una película en donde los  espacios o eventos están unidos por un recorrido. Es inevitable hacer en la obra una conexión Sonora-Espacial-Histórica. Por otra parte; la obra contiene un dramatismo completamente musical creado por grabaciones en vivo y sonidos electroacústicos  cuya tensión va creciendo hacia el final de la pieza dejando una sensación de desesperanza creado por la colación de los elementos políticos y un canto en la soledad interpretado por  una soprano.
El análisis de la obra está basado en el material sonoro obtenido en la versión discográfica Un Mundo Dentro de Un Mundo y está compuesta por unos fragmentos o segmentos proporcionales que mas adelante abordaremos.
La pieza consta de ocho (8) partes claramente definidas y que describimos a continuación:

1- Introducción: Abre un campanario anunciando las 12:00pm con doce campanadas, intercalado con sonido de distintos motores de automóviles.    
2- Voces en el mercado.
3- Radio: propagandas y noticias.
4- Radionovela: historia de amor.
5- El religioso: sermón Sodoma y Gomorra.
6- Los juegos: cartas, dominó y “5 y 6” (caballos).
7- Políticos: discursos, masa, canto protesta.
8- Final: canto de desesperanza: soprano y sonidos electroacústicos.

Todas estas partes están desarrolladas independientemente y están interconectadas por un interludio o acorde electroacústico que sugieren la siguiente secuencia espacial:
           
1- La plaza.
2- El mercado.
3- La casa I
4- La casa II
5- La Iglesia
6- El patio, el bar o el Hipódromo (radio, t.v.)         
7- La calle.                 
8- El vacío.

        
La  plaza
Al sonar el campanario, nos sugiere el espacio urbano de la  plaza ya que en Latinoamérica por norma y tradición  la iglesia siempre va a estar situada en uno de los bordes de la plaza (tomemos por caso la Catedral). El sonido de los motores nos ubica en una ciudad con tráfico (ej. Caracas) y posteriormente 12 campanadas que nos indican mediodía.
Musicalmente esto actúa como una introducción, un anuncio de lo que posteriormente ocurrirá, nace la obra, es la obertura. Si escucháramos 6 campanadas en vez de 12, la sensación seria diferente; el ambiente sería fresco, de mañana o de tarde, la luz en nuestra imaginación también sería distinta. La secuencia de motores nos dan la sensación de Avenida ya que se oyen todo tipo de vehículos, camiones, motocicletas, automóviles. Las campanadas  anuncian; en todo caso, el comienzo de la obra.
Esta sensación se diluye con un silbido y grito de muchacho seguido por el primer interludio electroacústico que surge de la resonancia de las campanas. Aquí termina el primer minuto y así el primer espacio.

El mercado   
La ambientación o estructura de esta parte es sugerida es por los diálogos típicos  de un mercado popular, aquí oímos todo tipo de ofertas, de intercambios y discursos propios de este espacio. El recorrido se desarrolla entre personas al aire libre. Las voces están dispuestas azarosamente, oyendo los pregones y discusiones mientras caminamos. Al final de ésta sección entramos a un lugar con eco, su duración aproximada es de 1:06 minutos, escuchamos las aves (gallinas y gallos, los motores como final de ésta parte y el acorde, que funciona como un transporte dentro de la pieza, nos lleva a otro espacio, ésta vez más intimo: La casa.

La casa I
La relación que  tenemos en esta parte es en un espacio como la cocina o área de servicio (por supuesto que esto depende de la formación de cada individuo) donde se escuchaba el radio transitor  con noticieros de éste tipo (también lo podríamos referir al carro por puesto). Esta sección tiene la misma estructura de las voces del mercado, es decir a manera de diálogo azaroso con distintas noticias y propagandas. Aparece al final la contradicción entre una noticia macabra con un coro evangélico que dice: “...gracias Dios por tu bendición.”Su duración es de 42 seg. Que se mezcla con el sonido electroacústico que ya había sido introducido en la primera sección y que nos lleva al mismo recinto pero a una hora distinta y con un tratamiento distinto: La radionovela.

La casa II
El espacio sugerido aquí sigue siendo la casa  pero a las 1:00 p.m. o 3:00 p.m. Aquí aparece  una línea llevada por un narrador con la intervención de una actriz en un lenguaje y una forma típicos de las radionovelas venezolanas de la década de los 60 y 70 donde se trata el tema del amor idílico. Su duración es de aproximadamente 2:19 minutos. Esta escena, a pesar de que tiene sonidos del mar y la música incidental con orquesta, no nos remite a otro sitio sino al lugar donde se escuchaba la radionovela mientras se tomaba la siesta o se hacía algún oficio del hogar (ej. Planchar, lavar los platos, coser, etc.). Lo podíamos tratar como el espacio dentro del espacio, es decir, estamos en la casa y escuchamos la playa pero seguimos en la casa puesto que el diálogo o narración nunca se llega a desarrollar. Este segmento, termina con un decrecimiento de la voz y música incidental de tensión típica de la musicalización de las radionovelas, aparece  al entonces el acorde electroacústico que nos lleva al otro espacio: La Iglesia.

La Iglesia.     
Aquí aparece como tema el sermón. Éste no es católico es evangélico y tiene esa carga de culpa por vivir en la ciudad pecadora Sodoma y Gomorra. Nos sugiere entonces, según la experiencia de cada cual, tres espacios entorno al sermón:
-La capilla evangélica.
-La plaza.
-La radio AM (en la madrugada).
El tratamiento al igual que la anterior es una línea monólogo que es introducido por un coro de voces masculinas que se vuelve a escuchar en medio del sermón y termina con piano y coro con la frase “debes obedecer”. Su duración es de 3:25 minutos aproximadamente. Después del sermón hay un silencio (vacío) de 5 segundos que corresponde más o menos a la mitad de la obra.
A continuación y abruptamente aparecen los juegos de azar, mostrándonos tres espacios:           

El patio, el botiquín, el Hipódromo.
La estructura que identifica a esta sección es la del dialogo pero con mucho más dinamismo y actividad que los anteriores. El desarrollo del juego ocurre en  tres instancias distintas, es decir, abren las cartas “barajando”, después el dominó “batiendo” y la carrera en “Partida” (la salida de los caballos). Estos se desarrollan simultáneamente interviniendo la voz de Celia Cruz a manera de interludio entre juegos a veces reafirmando o burlando la acción. Existe un clímax en ésta sección y termina con el final de los juegos, el último es el juego de caballos. Su duración es de 2:10 minutos aproximadamente. Aparece un sonido grave que se mezcla con el interludio electroacústico que nos lleva al discurso político.

La calle.
Aquí estamos en presencia del espacio urbano por excelencia, la calle. Esta sección es la tiene mayor duración 7:27 minutos excluyendo el sonido electroacústico. Es la parte de mayor riqueza y recursos en tratamiento.
Su estructura es el diálogo pero los diálogos son de mayor duración junto con otros de corta duración, intervienen también partes que son voces como sirenas, disparos, músicos: himnos y canciones de protesta junto con la intervención  electroacústica de las voces distorsionadas.
El discurso político está tratado con contradicción e ironías (ej.: el problema de la vivienda con “el pobre en su choza” del himno nacional). Aparecen también otras partes de la pieza (ej.: los buhoneros del mercado). Todo esto va creando mucha tensión  además que el acorde electroacústico ya no funciona tan solo como interludio sino que se va desarrollando y va creando junto con la voz de la soprano melodías interválicas y contrapuntísticas además se incorporan otros tratamientos como los de la sirena, la campana  electroacústica y la masa gritando. Se escuchan distintos problemas tratados por políticos de esa época, década de los ´70 que todavía son vigentes en un discurso populista que no ha cambiado.

El  vacío.
La obra termina con lo que podríamos llamar el espacio vacío, es el más íntimo no tiene definición como espacio externo sino interno. Esta definido por la voz de la soprano con el tratamiento electroacústico. Este  nos sitúa reflexivamente con nosotros mismos y nos plantea una sensación de desesperanza.

Tratamiento de los interludios.
Existen en la obra 5 interludios en la obra y su función es la de relacionar  las distintas secciones:

1º Relaciona la introducción con las voces del mercado, surge a partir de un motor de un automóvil. Duración: 19 segundos.

2º Relaciona las voces del mercado con las propagandas de la radio, se basa en el coro de religiosos de la sección de las propagandas. Duración: 7 segundos.

                       
3º Relaciona voces de propagandas de radio con radionovela. Se basa en el sonido de la campana de la introducción. Duración: 1:00 minutos.

4º Relaciona la radionovela con el sermón religioso. Se mezcla con coro de religiosos. Duración: 41 segundos.

5º Relaciona los juegos de azar con los políticos. A diferencia de los anteriores éste se desarrolla y pasa a ser activo como acompañamiento y como final de toda pieza. Aparece la voz de la soprano  tratada por medios electroacústicos. Duración: 7:27

A continuación presentamos un esquema de la secuencia de la obra:



                                    TRÓPICOS                                Alfredo Del Mónaco


   LA PLAZA            EL MERCADO        LA CASA I    ---------------LA CASA  II -------------------   --------- LA IGLESIA-----------
   (Introducción)        (Voces en mercado)   (Propagandas)       (Radionovela: Historia de amor)              (el religioso: Sermón de
|__________||___________||_______||_______________________||________________
     1:00                            1:06                       0:42                                  2:19                                                                  3:25           
                  |___|                 |__|     |__________|                                |_____|
               interludio 1              interludio 2            interludio 3                                                      interludio 4
                 19 seg.                       7 seg.                   60 seg.                                                                 41 seg.


 ------(la iglesia)--------------------   ------EL PATIO  /  EL  BAR -----------    -----------------------------LA  CALLE----------------------               
Sodoma y Gomorra)                      (Los juegos: Cartas, dominó y “5 y 6”)           (Los políticos: el discurso, gritos de la masa, la
________________|   |_____________________||______________________________
                                                      2:10                                                                             6:31
                                                            |_______________________________
                                                                                   interludio 5
                                                                                   7minutos y 27 seg.


    -----------------------------(la calle)---------------------------------------  EL VACIO
 sirena, los disparos, el canto de protesta)                                         (Canto de desesperanza)
_____________________________________|_______||
                                                                                  0:56
   ____________________________________________________________________|
continua interludio 5




___________________________________________________________________                        .
              

Imágenes:

La Plaza
Catedral en  Plaza Bolívar de Caracas.
Photography by Aaron Sosa
Caracas, Venezuela 2008
(Copyright © Aaron Sosa)

El Mercado
Mercado de Quinta Crespo.
Foto: Vanessa Navas/ Noticias24

La Casa I
Sanyo Transistor Radio model 6L-P4N

La Casa II
Ana Teresa Guinand y Carlos Fernández

La Iglesia
Bolívar Nemesio
Fotografía David Maris

El patio, el botiquín, el Hipódromo.
Cartas
Dominó
Partida de caballos
Celia Cruz

La calle
Mitin político









miércoles, 13 de mayo de 2015

El cuatro: un encuentro necesario entre dos panoramas musicales de una misma ciudad.




Cuatrista en el balcón, Acuarela. D. Atilano
Hace un año mi hermana me regaló un disco Gualberto+C4, este disco evocó mi infancia y el camino que inicié en música gracias al cuatro.  
El recuerdo me llevó a  tercer grado cuando un amigo traía el cuatro al colegio y tocaba el “Polo Margariteño” muy sencillo y sin errores en el recreo. Él, sin proponérselo, hizo que obstinara a mi madre - “mamá un cuatro”, “mamá lo venden en Sabana Grande”, “mamá cuesta 25 bolívares”, “mamá...” - al fin mi madre me compró el cuatro un diciembre. Era sencillo, sin pulir, olía a cedro, tenía clavijas rústicas de madera y vino con  su respectivo manual de cuatro[1], esto era como una especie de combo para iniciarse en el instrumento.  
En aquellos días los programas de radio y televisión, como Joselo y Simón Díaz, y la telenovela "Esmeralda" utilizaban temas de música venezolana  como apertura y cierre de sus programas. Así  con el instrumento y mi oído, me ponía a sacar las canciones de la televisión y del manual.

Con canciones que ya no se escuchan como “Brisas del Zulia”, “Sombra en los Médanos”, “Rosario” y “Zumba que zumba”, comencé e incluso hasta animé algunas reuniones familiares. Un profesor de cuatro en el colegio, me enseñó y afianzó ritmos básicos como el vals, merengue caraqueño y joropo además de hacer un repertorio básico con esos ritmos.
En diciembre, los niños de la cuadra hacíamos un grupito de aguinaldos que dirigía una vecina, nos llevaba casa por casa para a cantarle a los nacimientos, en retribución  nos daban un aguinaldo: chocolates, bollitos de hallaca, dulces y refrescos. De esta manera sencilla se inició mi gusto por la música.
En casa se escuchaba mucha música, a mi mamá  le gustaba el bolero, el piano de Chopin y el canto, cuando se bañaba cantaba arias de ópera y zarzuela. Mi papá era aficionado al Calipso trinitario y a la música oriental. Mis hermanos mayores escuchaban música de los Beatles y rock de la década de los 60’s Y 70’s. Así, mi infancia estuvo llena de diversos géneros musicales. Sin embargo, mis preferencias estaban dirigidas hacia la música venezolana, sin duda debido al encuentro temprano con el cuatro que había tocado desde niño.
Recuerdo que en un viaje al oriente del país, al pasar por Carúpano, escuché por primera vez al Quinteto Contrapunto en el radio, cantaban “Playa Grande”. Quede impactado me pregunté cómo lograban que esas voces acompañadas de un solo cuatro podían describir el paisaje y sentimientos a través de estas melodías. A partir de entonces los discos de este grupo fueron escuchados en la casa hasta gastar la aguja del tocadiscos.

Más adelante apareció Gualberto con esa voz tan particular, limpia, clara, segura y afinada. Parecía que no cantaba sino que hablaba cantando, él cambió el gusto de la música en la radio caraqueña. Muchos escuchábamos a Gualberto con canciones como “Mariantonia”, “Presagio”, “La Carta” y muchas otras. Al mismo tiempo surgió Serenata Guayanesa cantando, a varias voces, el Calipso Guayanés. Muy pegajoso y contagioso,  acompañado con el cuatro de Hernán Gamboa.
Participé entonces en corales y en grupos musicales tocando el cuatro tratando de recrear eso que había escuchado alguna vez con el Quinteto Contrapunto. De este modo  descubrí a los compositores de la academia venezolana como Vicente Emilio Sojo, Lauro, Antonio Estévez y otros.
Mis hermanos en ese entonces  tocaban  y producían grupos de rock en la ciudad. En mi casa se llegó a escuchar de todo jazz, fusión, caribeña y el sonido electrónico de los sintetizadores, etc. La música venezolana de ese momento experimentaba con las nuevas propuestas de Aldemaro Romero con Onda Nueva, Vitas Brenner con Ofrenda y Gerry  Weil con la Banda Municipal. Estos experimentos eran  interesantes, gustaban mucho.

De este modo, los ritmos de mi infancia se fundieron y mezclaron con otros foráneos, de mayor aceptación juvenil en Caracas. Muchas opiniones aparecieron en torno a estas propuestas, algunos manifestaban  que la música venezolana le faltaba “turbo jet”, que necesitaba actualizarse con la nueva tecnología musical y ser más comercial. Otros que nuestra música se estaba internacionalizando, parecía obligada a vestirse con una  ropa que no le ajustaba.
Una propuesta acertada fue Luis Laguna con Venezuela 4. Este compositor logró conectar  armonías propias del jazz con ritmos venezolanos, se escuchaban con naturalidad, nada forzado. Melodías y armonías exquisitas como “Criollísima”, “Un Heladero con Clase”, "Serenata" gustaron mucho. Sin embargo, las letras de los temas eran bucólicas, rememoraban a una Caracas provinciana, que ya no se correspondían con la dinámica urbana actual.

Algunos intérpretes y compositores de música venezolana se quejaban por no tener promoción ni difusión con disqueras y la radio. Esta música era escuchada principalmente en reuniones familiares (parrilladas y fiestas en la intimidad familiar).  
El rock, el pop y la balada romántica eran géneros comerciales, masivos y difundidos, se escuchaban y  promocionaban en radio, televisión, conciertos y discotecas. Cuando apareció la Salsa lo hizo con contundencia y éxito, sobre todo en el ámbito popular, ocupó espacios radiales y se abrió paso en todos los ámbitos sociales.  De igual forma pero con menor intensidad ocurrió con el movimiento de rock en castellano que provenía de Argentina.
El grupo Un solo Pueblo, fue una propuesta renovadora. Recopilaban y tocaban música venezolana original, sobre todo el tambor de la región centro-costera. Fue un furor, sus discos se escuchaban en fiestas, reuniones, discotecas incluso grabaron una película y hasta fundaron un restaurante. La voz de Francisco Pacheco fue una referencia, como lo había logrado Gualberto en años anteriores. Esta música era folklore proyectado en su sentido más amplio, sus conciertos así lo demostraban con secciones de danza folclórica.

Juan Luis Guerra, músico y compositor que había renovado el merengue y la bachata dominicana. Tomó el Calipso Woman del Callao de Julio Delgado que había sido popularizado por Un solo Pueblo, logró un éxito que cautivó a España entrando así a Europa. Como dato curioso, este músico conocía y había cantado en su juventud, las piezas del Quinteto Contrapunto. Admiraba especialmente a Morella Muñoz.

Cantantes como Soledad Bravo, Cecilia Todd y Lilia Vera habían mostrado un canto contestatario con sabor venezolano en sus discos y conciertos que influiría al movimiento coral venezolano.
Este movimiento liderizado por el Orfeón de la Universidad Central de Venezuela había descubierto al gran Otilio Galíndez y su poesía cantada, canciones como “Ahora”, “Flor de Mayo”, “Pueblos Tristes”, “Mi Tripón”, “Caramba” fueron repertorio obligatorio de las corales venezolanas.
Las canciones de Otilio causaron el mismo impacto que años antes había causado el Quinteto Contrapunto. La sencillez de su música replanteó la canción venezolana. ¿Qué era lo más importante en sus  canciones? ¿La letra, la melodía, la armonía? Otilio enalteció la canción venezolana. Su música era local pero al mismo tiempo era universal, hablaba del campo, del invierno y la lluvia,  del río, de la vaca y el ordeño; sin embargo, lograba convertir esas experiencias provincianas en sensaciones que todos hemos vivido.
Muchos músicos, sobre todo de Jazz en Venezuela, han tomado sus piezas, intentando con arreglos una propuesta de música urbana, sin embargo, la simplicidad de Otilio se impone. Él es esencial.


La nueva música popular urbana venezolana

Algunos autores habían logrado renovar la música urbana en otros países. Piazzolla lo hizo con el tango en Argentina, a pesar del rechazo de muchos de sus coterráneos. Igualmente Jobim y Gilberto con el Bossa Nova en Brasil. Aquí lo haría Aldemaro con la Onda nueva igualmente que sus colegas contó con el rechazo de algunos. Estos compositores habían logrado incorporar música popular de sus países la vida urbana propia de las ciudades contemporáneas latinoamericanas  adaptándolas e identificándolas con la velocidad, el sentimiento citadino, las armonías modernas y los ritmos característicos de cada país.
Un aporte importante, en la década de 1980 lo hizo el Ensamble Gurrufío. Su propuesta se enlaza en línea con grupos instrumentales como el Cuarteto,  el Grupo Raíces y antes de estos el Cuarteto Caraquita. El Ensamble Gurrufío propuso con instrumentistas aventajados lo que ocurría en el jazz respecto al solista, es decir, todos improvisan, acompañan cada quien tiene un momento protagónico. Sobresale dentro del grupo el cuatro de Cheo Hurtado quien improvisaba amalgamando al grupo y dándole unidad e identidad, muy parecido a lo que había ocurrido con Hernán Gamboa y Serenata Guayanesa en la década de 1970. El cuatro se identificó como parte esencial en la música popular venezolana.

Simultáneamente, junto al Ensamble Gurrufío  aparecieron otros grupos y compositores como Aquiles Báez, Saúl Vera, Alonso Toro, el grupo Oncora y el grupo Maroa. Ellos buscaban expresarse de manera urbana con música venezolana con armonías complejas (séptimas, novenas y tensiones armónicas) e improvisación a la manera del jazz.
Así, el virtuosismo entre los ejecutantes empezó entonces a ser común entre estos grupos, pero la inclusión de batería, vientos maderas,  jugando con percusión afro - venezolana fue indispensable en estos nuevos arreglos de música venezolana urbana. Los ritmos como el merengue caraqueño, valses, joropos en todas sus formas, eran los preferidos.

La rapidez en la ejecución fue otra característica que tuvo mucho peso en las interpretaciones y composiciones. Una especie de gimnasia instrumental certificaba éxito, muchas personas lo admiraron y lo aceptaron como parte fundamental de la música urbana de raíz tradicional. Un alto nivel de ejecución y posibilidad de improvisación en música venezolana aseguraba que no cualquier músico podía incorporarse a este movimiento. El virtuosismo, aunque necesario para el desarrollo musical, algunas veces resultaba poco natural, incomodo e inútil.
Muchos joropos, valses y merengues híper-veloces, sonaban “enredados”.  Algunas propuestas  incorporaron a piezas sencillas arreglos complejos y densos con metales, saxos y la base tradicional de las grandes bandas. Se jugó con diversidad de texturas y formas. En muchos casos el cuatro fue eliminado por su sonido local pero no fue la tendencia general.
Una interesante propuesta y aporte para la música popular venezolana que incluyó al cuatro fue la iniciativa de Cheo Hurtado en 2004: la Siembra del Cuatro, que dio excelentes resultados. Como parte de esa cosecha podemos citar al grupo C4 Trío  cuyos integrantes participaron entre 2004 y 2005. Otro importante aporte fue la creación de la Movida Acústica Urbana (MAU), cuyo nacimiento oficial ocurre en el 2007,  pero ya venía gestándose mucho antes con el germen musical de la década de 1980.

Nuestra música popular se ha hecho urbana y es aquí donde quería llegar.

Los grupos surgidos de estas iniciativas junto a un nuevo espíritu juvenil que surgió en la década de los noventa y el 2000 lograron establecer en la ciudad de Caracas sitios de presentación fija  como el Discovery Bar,  presentaciones en  Corp Banca, Teatrex, Escena 8, además de presentaciones locales comerciales como Atlantique, La Guayaba Verde; Evio’s Pizza. Conciertos con invitados como Alfredo Naranjo, Miguel Delgado Estévez, Aquiles Báez, Eddy Marcano, Diego “El Negro” Álvarez, Huáscar Barradas y muchos nuevos valores.
Esta nueva propuesta musical recorrió entonces la nocturnidad caraqueña, se improvisa, juega, se junta con otros estilos, es juvenil y audaz. El grupo C4 Trío es prueba de ello.
Comparto algunas impresiones sobre una producción discográfica de este grupo. El disco Gualberto + C4 es el resultado de un proyecto que logró cristalizarse gracias a la fundación de una compañía de seguros. Tiene una duración 45 minutos, está excelentemente grabado y editado por el ingeniero Darío Peñalosa contiene 10 temas. 
Esta propuesta es el encuentro entre dos panoramas musicales en tiempos distintos de una misma ciudad a través de la música urbana venezolana, como superficies o planos que se superponen a manera de croquis arquitectónicos en el diseño de un edificio.
El primer plano lo constituye el recuerdo en la voz de Gualberto, su voz ya no es la misma de año 1975,  ¡es mejor! esta añejada. La palabra cantada de Gualberto tiene la vivencia de 40 años, es rasgada en algunas partes, nítida en otras, divertida, profunda,  pero sobre todo cargada de  experiencia. Recuerda al último Goyeneche.
El segundo plano está en el grupo de instrumentos, a mi parecer no es un grupo sino un solo instrumento, magistralmente ensamblado. La energía y el virtuosismo están muy bien administrados, estos acompañan y agregan un contexto de confidencias al cantante. Este plano se encuentra conformado por dos superficies el bajo eléctrico  de Rodner Padilla (asombroso por su ritmo, profundidad y elegante virtuosismo) y los tres cuatros (punteados, rasgados y charrasqueados con la incorporación de un brillante  cuatro de cuerdas de metal). El tercer plano son los arreglos, frescos, juveniles, cortes sorprendentes, tenutos, rubatos  y otras articulaciones excelentes. El cuarto plano es la escogencia y secuencia del repertorio, una pieza te lleva a la otra sin querer saltar el disco. Para mi gusto, la canción La Jota de mi Canto de Ibrahim Bracho es la pieza clímax del disco. Es sublime, dedicada al amor confidencial de letra exquisita. La voz de Gualberto aquí se crece y se hace íntima.

Este magnífico disco evocó mi infancia e iniciación a la música pude realizar esta síntesis del encuentro entre dos generaciones con distancia de cuarenta años que me  hace cuestionar y reflexionar sobre, la música venezolana, el cuatro y la ciudad ¿es este disco un cierre o un inicio? ¿Cómo perciben el cuatro y la música urbana venezolana nuestros niños y jóvenes en esta modernidad liquida?
Las nuevas propuestas han adaptado el cuatro a un gusto urbano nuevo, muchos músicos hacen “covers” o adaptaciones de piezas a través del cuatro. El público escucha, disfruta y consume estos productos. Basta ver “youtube”, “facebook” y redes digitales que son los nuevos espacios de comunicación juvenil y ver la infinidad de nuevos repertorios, ritmos, fusiones, giros melódicos y temas que proponen nuevos acercamientos a la música comercial. Esto siempre ha ocurrido, sin embargo, creo que ocurre ahora a mayor velocidad, facilidad y menor crítica.

El añejo manual de Delipiani dio paso a www.tucuatro.com clases en línea, la espora de venezolanos en otros países en estos tiempos que corren traen nuevos acercamientos y adaptaciones musicales que desconocemos en ciudades distintas a la nuestra. Me pregunto si nuestras tradicionales formas musicales venezolanas son representativas del gusto actual y del futuro caraqueño.

Daniel Atilano

 





[1] De Oscar Delipiani, creo que ha sido el manual más importante en la enseñanza del cuatro en Venezuela, al tercer día ya tocabas tu primera canción.  

viernes, 8 de mayo de 2015

Proyecto de Integración música / dibujo / arte para estudiantes de 4º año de bachillerato

Proyecto de Integración música / dibujo / arte para estudiantes de 4º año de bachillerato
Este proyecto piloto consistió en relacionar contenidos y conceptos vistos en música, dibujo técnico y arte de cuarto año para ser aplicados en la creación de un video musicalizado.
Los alumnos de 4º año B realizaron este lapso el “Proyecto de Integración música/dibujo/arte”. Este proyecto piloto consistió en relacionar contenidos y conceptos vistos en música, dibujo técnico y arte de cuarto año para ser aplicados en la creación de un video musicalizado.

El programa de música estipula para el segundo lapso la introducción a la ópera, el estudiante identifica periodos, partes y  tipos de ópera, además de recrear la producción de una ópera. En dibujo técnico diseñan, dibujan y construyen el teatrino utilizando las técnicas del dibujo y la maquetería. En arte ambientan, diseñan trajes y escenografías utilizando los elementos del arte como luz, color, texturas y técnicas de expresión. Finalmente integraron estos contenidos en un solo documento audiovisual.

Siguiendo los enlaces mostramos dos trabajos que consideramos representativos de la actividad realizada el 2º lapso del año escolar 2014-15.

El aria de la Reina de la Noche: Der Hölle Rache Hallen…, 2º acto, La Flauta Mágica de W. A. Mozart. Desarrollado por Jennifer Drew-Bear y Gabriela Planchart


El Dueto del Fantasma de la Ópera: The Music of the Nigth, 1er acto, El Fantasma de la Ópera. A. Ll. Webber. Desarrollado por Ana Isabel Aguilera, Mariana Alvarez y Michelle Baumeister