miércoles, 27 de noviembre de 2019

Carlos Atilano 1927-2006


Carlos Atilano 
19, abril, 1927 – 27, noviembre, 2006

Hace poco escuché “Begin the Beguine” de Cole Porter, fue inevitable pensar en mi papá, mi viejo.  Fue un señor de esos, de antes. Como decían “un macho”, en todo el sentido de la palabra, no encuentro otra que lo describa mejor. La imagen  más cercana, que mejor lo refleja es la de John Wayne… tropical. Su vida era una aventura constante, parecía no tenerle miedo a nada.
Su vida idealizada fue en Güiria, capital del municipio Valdez del estado Sucre. Llegar allá toma unas catorce horas por carretera asfaltada, por carretera de tierra no me imagino. Su pasión los peces, inventos y  productos del mar. Visualizaba y disfrutaba todo lo que significaba el mar y sus derivados: barcos de cemento, granjas de peces, inventos de pesquería, hornos de ahumar pescado, algas deshidratadas, laboratorios de camarones, etc. Mi casa era un museo de peces y nosotros los probadores oficiales de sus comidas e inventos.
Recuerdo el día que falleció, estaba yo dando clase y recibo una llamada de  mi hermana por celular sin anestesia me dijo: “El viejo se murió en Güiria, estamos aquí en mi casa”. Fui para allá.
Allí estaban mis hermanos y la vieja, ellos planificando en una pizarra, como ir para allá o como traer al viejo a Caracas, yo me sumé al plan. Mi sobrina que estaba en Güiria no informaba sobre los acontecimientos. Sonó el teléfono, “la urna no cabe en la avioneta”, se cayeron todos los planes.  La vieja nos dijo:”ustedes si hablan y planifican pendejadas, vámonos ya para Güiria”.  Todos pensamos “Carlos lo volvió hacer” a correr para Güiria.
Eran las siete de la noche, salimos en dos carros, viaje Caracas-Güiria, recogimos en Puerto La Cruz a una cuñada y a mi sobrina, llovió toda la noche en el trayecto. Llegamos a las seis de la mañana, a la urna le había puesto hielo abajo.
En el momento de la llegada una estudiantina y coro del colegio de monjas del pueblo había terminado de tocar y cantar. Todo se activó inmediatamente con nuestra llegada, éramos lo único que faltaba para proceder con el ritual. Llegaron los músicos, un trompetista, un trombón y un bombo, una banda fúnebre.
Los músicos preguntaron cuál era la canción favorita del viejo, “Begin the Beguine”, respondió mi mamá. Comenzó entonces, la procesión fúnebre hacia la iglesia del pueblo  al tempo lento del bombo con la famosa melodía.
La gente del pueblo se asomaba por las ventanas o salía al porche para despedir al viejo, las pisadas se escuchaban en los descansos de la melodía. Al llegar a la iglesia dispusieron el ataúd en el centro de la iglesia, frente al altar. Comenzaron los rezos. De pronto llegó un muchacho, alto, moreno con pantalones cortos y chancletas, de aspecto descuidado, parecía un loco de pueblo, se puso a jugar con el crucifijo que estaba en el cristal del ataúd dándole vueltas con sus dedos. El sacerdote seguía con los rezos, de repente con la mano dijo adiós y se fue por donde vino.
Salimos hacia el cementerio del pueblo acompañados por la banda y la música. Llegó otro hermano que faltaba. Todo transcurrió con normalidad pero el ataúd al descender se trabó, tratábamos de forzar el descenso, uno de mis hermanos  dijo, “déjala caer que del fondo no pasa”, nos reímos pero la vieja nos regañó, “sean serios muchachos”.
Mi papá descansa en Güiria, municipio Valdez del estado Sucre, ahora resulta lejos, muy lejos. Mi mamá solía decir en “Güiria el viento se devuelve” o “el diablo perdió el rabo”. Lo cierto es que el viejo está en su pueblo natal, fue muy coherente con su vida, pensaba, decía y hacía. Como todo ser humano se equivocaba pero fue muy coherente con palabra y acción. Adoraba a oriente, sobre todo a su pueblo, hasta en eso fue coherente.
Falleció mientras dormía, lo encontraron dormido en su cama, con el libro que estaba leyendo, seguramente soñaba con un mundo mejor con la ayuda de los productos del mar.
Hoy escuché “Begin de Beguine” de Cole Porter…

Daniel Atilano

4 comentarios:

  1. wow Daniel , tremendo escrito, como olvidar a tu papa, personaje iconico y siempre relacionado con peces. Hasta me dio un trabajo como "ayudante de camion" en un camion de piscicultura con el que conoci el Amazonas, Apure y muchos sitios de una Venezuela surreal que nunca me imagine. Pero hablando de Guiria, es cierto, quedaba como dijo mi Papa (QEPD) "en mas nunca", pero yo estaba emocionado porque era el primer tour del Aditus Original. Creo que algunos fuimos en autobus y los equipos los llevaron de antemano, todo organizado por tu hermano Gustavo Atilano, se alboroto Guiria, tocamos en la plaza y en un club. Recuerdo que nos devolvimos en un barco que nos consiguio tu Papa, En general fue toda una experiencia. Te anexo la unica foto que se salvo de ese viaje y que gracias a las maravillas del internet esta ahi para que todo el mundo la pueda ver. Espero verte por estos lares mi querido Daniel, mil saludos a ti y al resto de la familia, especialmente a tu Mama! Un abrazo!

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  2. Muy sentido y pintoresco cuento corto. Un buen abrazo

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  3. ES EL PROPIO "ERNEST HEMINGWAY" VENEZOLANO(QEPD)!!!!

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  4. Hahaha, esa imagen en la iglesia, con el sol proyectado en el ataúd, el loco hablando con el difunto y el perro callejero que se echó bajo el ataúd es inolvidable. Yo me reí internamente pensando " mi viejo debe de estar viéndonos desde la otra dimensión muerto de la risa del escenario.. ha Güiria nos hizo retornar hahaha

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