Relación entre la música y la arquitectura por Daniel Atilano / Contacto: daniel.atilano@gmail.com
sábado, 10 de noviembre de 2018
Caos Post-industrial
Los invito a escuchar el disco de arte sonoro Caos Post-industrial
Caos Post - Industrial, es un proyecto de Puerto Contemporáneo y La Radio Criolla, que busca crear y fortalecer canales de circulación y catalogación de Arte Sonoro, haciendo especial énfasis en Latinoamérica como territorio dual de creación y reflexión, concentrando sus micrófonos en esta región geopolítica como escenario y trasfondo crítico.
Pueblo mio
La tradicional Semana Santa caraqueña se manifiesta en el Popule Meus de Lamas (1775 -1814), esta se vincula en la actualidad con los sonidos urbanos capturados en la Semana Santa de 2017 en Caracas, caracterizada por protestas, mítines políticos, represión policial, misas, actividades religiosas nocturnas y sonidos de esta época del año. Finalmente, la voz femenina interroga respóndeme culminando en el esperanzador sonido del amanecer.
martes, 20 de marzo de 2018
Entrecruces y miradas
Este vídeo y escrito fue realizado por la estudiante Luisella Casanova como documento final para la materia Música y Arquitectura: relaciones dictada por el Prof. Daniel Atilano en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.
La Plaza Cubierta del Rectorado de
la Universidad Central de Venezuela. Lugar de encuentros, de estudio, de
entrecruces y miradas, de alegrías y tristezas. La Síntesis de las Artes de
Carlos Raúl Villanueva. La danza y la música aún siguen presentes en sus
espacios. A través de superficies sinuosas y espacios flexibles, algunos
caminan con propósito, otros sin rumbo. No hay un recorrido específico. Un
espacio el cual se puede recorrer de mil maneras diferentes. Los límites se
difuminan, se integra la naturaleza al lugar, la invade, al igual que la luz.
Un espacio donde se nos presentan muchas historias distintas de manera
simultánea, pero que sin embargo se relacionan a través del espacio
arquitectónico. Con este ejercicio se pretende interpretar La Plaza como este
gran nodo, que reúne todos estos elementos antes mencionados, expresar la
versatilidad, el dinamismo que se vive y su complejidad de atmósferas a través
de la experiencia y la relación música-arquitectura, el paisaje sonoro,
realizando un recorrido del espacio, bajo el enfoque “cinemático” de Bernard
Tschumi, en el cual se desarrolla la expresión arquitectónica en aspectos
basados en la temporalidad, la secuencia y el movimiento en la arquitectura.
La propuesta de este trabajo, el
recorrido, no es en este caso un recorrido específico. La idea era mostrar
distintas formas de recorrer la plaza, bajo diferentes puntos de vista. Como
recorrer el espacio siendo varias personas a la vez, y a través del tiempo y la
melodía musical expresar los dinamismos que posee ese espacio, más que todo a
nivel de circulación y movimiento. Se editó y utilizó una pieza musical del
compositor mexicano Arturo Márquez, “Danzón n°2” interpretada por la orquesta
Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Se escogió esta pieza por una visión
personal, cuya es que, La Plaza, es arquitectura en movimiento, es danza. Sus
espacios abiertos invitan al baile y a la creatividad. También se buscó
involucrar a las obras de arte presentes en la plaza, las cuales son un
elemento importante en la dinámica y organización del lugar, tomando como punto
de inicio y de llegada del recorrido, la escultura del Pastor de Nubes de Jean
Arp, uno de los símbolos emblemáticos de la Ciudad Universitaria, al igual que
los murales de Pascual Navarro, el “Homenaje a Malevitch” de Victor Vasarely,
el bimural de Mateo Manaure, entre otros. También se recorren las rampas de
acceso al Aula Magna y el lobby de la Biblioteca Central.
Como resultado, el entender,
relacionar los conceptos de la música y arquitectura, a través de esta
experiencia y al expresarlos a través de este tipo de representación
cinemática, se puede de forma eficaz expresar la vida de estos espacios
seleccionados, producir sensaciones y a su vez innovar en la manera de pensar y
hacer arquitectura.
Fuente bibliográfica: ATILANO, Daniel. 2014. LA SECUENCIA
ESPACIAL Y AUDITIVA: RELACIONES ENTRE LA EXPERIENCIA DEL ESPACIO ARQUITECTÓNICO
Y DEL TIEMPO EN LA MÚSICA A TRAVÉS DE LA PERCEPCIÓN. Caracas, Venezuela.
domingo, 14 de enero de 2018
Trópico de piano
Trópico de piano: vals (1991) / Comp. Daniel Atilano / Piano: Marianella Arocha
Aprender
a escribir es un proceso que toma mucho tiempo, por lo menos en mi caso. Hay
personas que tienen un talento para ello. Recuerdo una niña que escribió su
primer cuento en quinto o sexto grado. Imaginen ustedes que reciben de una
niña, un pequeño escrito con letra infantil, con una portadita negra pegada con
teipe adornada con unas
estrellitas y en letras doradas titulada
“Estrellita, la hija menor del sol”. Pensé “esto es una ternura”, lo empecé a
leer teniendo a la ternura infantil como expectativa. Finalizando la primera
página del breve cuento no podía creer lo que estaba leyendo ¿cómo podía una
niñita escribir de esa manera? al terminar la miré sorprendido y con
incredulidad le pregunté ¿Tu escribiste esto? me respondió con inocencia –si,
¿por qué?- yo cuestioné, en ese instante, toda mi educación y descubrí que el talento
existe.
Un
proceso que tomó tiempo escribir fue la música.
La música había despertado en mí a temprana
edad, a través del cuatro. Aunque en mi casa se escuchaba todo tipo música a
toda hora, los estudios musicales comenzamos a formalizarlos en la
adolescencia. Aprender a leer, solfear y escribir la música siendo adolescente
fue un proceso mucho más lento, me debatía entre jugar futbol, voleibol, el
colegio, practicar solfeo y estudiar violín. Tocar el cuatro de oído y cantar en cierto
modo era fácil, leer y escribir música no, significaba un esfuerzo. Así,
creciendo canté en corales y participé con el cuatro en grupos de música tradicional,
poco a poco la música fue tomando forma y conciencia en este proceso.
En
la escuela de música pude, finalmente, escribir los sonidos musicales. En las
clases de composición me encontré con el enfrentamiento faustiano entre
modernidad y la tradición. Componer un vals
en el piano me conectaba con mi formación tradicional, me resultaba natural. Descubrir
la atonalidad y la música serial significó un esfuerzo y un reto. Un tema
particular fue conciliar los ritmos regulares de la música tradicional con los
irregulares de la música atonal, una explicación sencilla para entender este
concepto sería juntar agua y aceite. Sin embargo, esto se convirtió en centro
de mi interés en música académica. Así surgió el Tríptico
de piano con el vals como primer movimiento. La excelente pianista
Marianella Arocha interpretó de manera impecable lo que había escrito para el
piano.
Tiempo
después, una cálida tarde de domingo caraqueño departiendo con unos amigos
poetas les mostré las piezas y les di el modelo de cuadernillo del disco que pensaba
editar, mostraba el nombre de la pieza. En consenso de poetas me recomendaron de
modo unánime, “llámalo Trópico de piano”.
Fue
escrita en 1991. Esta también fue una grata sorpresa.
Daniel Atilano
jueves, 11 de enero de 2018
El Malmandao'
Ensamble Cuerdas Pulsadas del Táchira - El Malmandao
Era habitual en las oficinas caraqueñas encontrarse con el office boy o mensajero. Solía
ser el primer oficio con el que un joven bachiller se iniciaba en el mundo
laboral. Generalmente, era recomendado por algún pariente o amigo, poco a poco
escalaba dentro de la estructura
gerencial hasta llegar a cargos directivos. Aquiles Nazoa, por ejemplo, comentaba
en su biografía que había comenzado a los 15 años como office boy del diario El Universal pasando posteriormente por
todos los oficios del diario hasta llegar a corresponsal iniciando así su
carrera de periodista y escritor.
Recuerdo
que cuando comencé como dibujante en una oficina de arquitectura uno de los
personajes más interesante era justamente el office boy. Su contacto con la ciudad era diario informaba lo que ocurría en la calle, sobre la
temporada de beisbol, lotería, ofertas, depósitos bancarios y el café chucherías
de los compañero. La jerga de motorizados y vendedores de perros calientes de
la ciudad era el lenguaje de su dominio. Cuando las secretarias o la muchachas se
molestaban con él decía, “calmatizate mi amor”.
Un
día no vino a trabajar y me tocó a mí comprar las chucherías en el quiosco de
la calle, confiando en mi memoria escuché todos los pedidos, chocolate de varios tipo,
pepitos, maní, tostón, café, etc. todos especificaron las marcas de su preferencia. Al
llegar al quiosco se me olvidaron todos los detalles de cada quien, pedí de
manera genérica las chucherías al llegar a la oficina con lo solicitado una de
las muchachas me miró de arriba abajo y me dijo: “tu si eres malmandao’”. La
palabra originó la pieza que lleva ese nombre.
Fue compuesta para el grupo Entrance y en la escuela de música se la enseñé
a unos amigos. Edwin Arellano le hizo un arreglo, fue interpretada por los “Sinverguenzas”
en su primer disco y con la Estudiantina de Mérida.
Después
de tantos años me encontré con el
Malmandao’ en las redes interpretada por unos jóvenes del Ensamble Cuerdas Pulsadas del Táchira.
¡Qué
grata sorpresa!
Gracias.
Daniel Atilano
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